Cinco décadas son ya las que lleva el 911 dentro de la familia Porsche.
Este modelo histórico ha sido la inspiración de entusiastas de los coches del mundo entero desde su debut como modelo 901 en el Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort, en septiembre de 1963.
Se han fabricado más de 820.000 Porsche 911. Para cada una de sus siete generaciones, los ingenieros de Zuffenhausen y Weissach lo han reinventado una y otra vez, manteniendo su esencia.
Ferry Porsche lo definía así: “El 911 es el único coche que puedes conducir en un safari por África o en Le Mans, el único que puedes usar para ir al teatro o entre el tráfico de la ciudad de Nueva York”.
Esta es la historia de sus siete generaciones en estos 50 años:
El primer 911 (1963)
Como sucesor del Porsche 356, el 911 fue desvelado en el Salón Internacional del Automóvil de Fráncfort de 1963 como 901 y, posteriormente, se renombró 911 para su lanzamiento al mercado en 1964. Su motor bóxer de seis cilindros refrigerado por aire tenía 130 caballos, lo que le permitía al modelo alcanzar una velocidad máxima de 210 kilómetros por hora. A partir de 1965 se podía optar también por el Porsche 912 de cuatro cilindros. En 1966 Porsche presentaba el 911 S de 160 caballos, que era el primero en incorporar las llantas de aleación forjadas Fuchs.
El 911 Targa, con sus distintivos arcos de acero inoxidable, hizo su debut a finales de 1966 como el primer Cabriolet seguro del mundo. La transmisión semiautomática de cuatro velocidades Sportomatic se introdujo en 1967. Con el 911T de ese mismo año y las variantes E y S posteriores, Porsche se convirtió en el primer fabricante alemán que cumplía las estrictas normas estadounidenses sobre control de emisiones de escape.
El Porsche 911 se fue haciendo más y más potente a medida que aumentaba su cilindrada, inicialmente hasta los 2.2 litros (1969) y más tarde a los 2.4 (1971). El 911 Carrera RS 2.7 de 1972, con un motor de 210 caballos y un peso por debajo de los 1.000 kilos, sigue siendo la personificación de un coche de ensueño a día de hoy. Su característica “cola de pato” fue el primer spoiler trasero del mundo en un vehículo de serie.
La Serie-G (1973) – La Segunda Generación.
Diez años después de su estreno, los ingenieros de Porsche dieron su primera renovación a fondo al 911. El modelo G se produjo desde 1973 hasta 1989, más tiempo que ninguna otra generación del 911.
Destacaba por sus prominentes paragolpes de fuelles, una innovación diseñada para cumplir con los últimos estándares de crash test en Estados Unidos. También se mejoró la protección a los ocupantes al incorporar como equipamiento de serie los cinturones de seguridad de tres puntos, así como los reposacabezas integrados.
Uno de los hitos más importantes en la saga 911 fue la presentación en 1974 del primer Porsche 911 Turbo, con un motor de tres litros de 260 caballos y un enorme spoiler trasero.
El siguiente salto en prestaciones llegó en 1977 con el 911 Turbo 3.3 equipado con intercooler. Sus 300 caballos le convertían en el mejor de su categoría. En 1983 el 911 Carrera atmosférico es reemplazado por el SC. Con un motor de 3.2 litros y 231 caballos llegó a ser una de las piezas favoritas para los coleccionistas. Desde 1982 los entusiastas del aire puro también pudieron pedir el 911 en versión Cabriolet. El 911 Carrera Speedster, lanzado en 1989, fue una evocación del legendario 356 de los años cincuenta.
El 964 (1988) – Tercera generación
Justo cuando los expertos del automóvil estaban prediciendo el final inminente de una era, en 1988 Porsche apareció con el 911 Carrera 4 (964). Después de quince años de producción, la plataforma 911 fue renovada radicalmente al incorporar un 85% de nuevos componentes, lo que proporcionó a Porsche un vehículo moderno y sostenible. Su motor bóxer, de 3.6 litros y refrigerado por aire, desarrollaba 250 caballos. Exteriormente el 964 se diferenciaba poco de sus predecesores: salvo unos paragolpes de poliuretano aerodinámicos y un spoiler trasero que se desplegaba automáticamente. Sin embargo, el interior sí que era bastante distinto. El nuevo modelo fue diseñado no sólo para cautivar a los conductores con su rendimiento deportivo, sino también con un aumento en el confort. Contaba con ABS, Tiptronic, dirección asistida y airbags, además de con un chasis completamente rediseñado, que disponía de brazos de control de aleación ligera y muelles helicoidales en lugar de la suspensión a base de barras de torsión del modelo anterior. Un miembro revolucionario de la nueva línea 911 desde su lanzamiento fue el Carrera 4 con tracción a las integral. Junto a las versiones Carrera Coupé, Cabriolet y Targa, a partir de 1990 los clientes también podían solicitar el 964 Turbo. Inicialmente estuvo propulsado por un motor bóxer de 3.3 litros, pero en 1992 el Turbo recibió una mecánica más potente, de 3.6 litros y 360 caballos.
Hoy, los 964 Carrera RS, 911 Turbo S y 911 Carrera 2 Speedster están especialmente cotizados entre los coleccionistas.
El 993 (1993) – Cuarta generación
Los paragolpes integrados subrayan la suave elegancia de su estilo. La sección frontal está más inclinada hacia abajo que en los modelos anteriores, debido al cambio de los faros redondos por unos ligeramente ovalados. El 993 se ganó rápidamente una gran reputación por su excepcional fiabilidad. Con un chasis de aluminio nuevo, también era ágil, como el primer 911. Su versión Turbo fue la primera en tener un motor biturbo, un sistema de propulsión para automóviles que conseguía los valores de emisiones más bajos del mundo en 1995. Las llantas de aluminio de radios huecos, que nunca se habían utilizado anteriormente en ningún coche, fueron otra innovación para la versión Turbo de cuatro ruedas motrices. El Porsche 911 GT2 estaba dirigido a los puristas de los coches deportivos que apreciaban las emociones de la alta velocidad. Un techo de cristal eléctrico que se deslizaba por debajo de la luneta trasera era una de las innovaciones del 911 Targa. Pero la verdadera razón por la que los entusiastas de Porsche siguen venerando al 993 es porque este modelo, producido desde 1993 hasta 1998, fue el último 911 con un motor refrigerado por aire.
El 996 (1997) – Refrigerado por Agua
El 996, que se fabricó entre 1997 y 2005, supuso un punto de inflexión en la historia del 911. Mantenía todo el carácter de su herencia clásica, pero era un automóvil completamente nuevo. Esta generación, rediseñada por completo, fue la primera propulsada por un motor bóxer refrigerado por agua. Gracias a sus culatas de cuatro válvulas por cilindro lograba 300 caballos de potencia y abría nuevos caminos en términos de reducción de emisiones, ruidos y consumo de combustible. El diseño exterior fue una reinterpretación de la línea clásica del 911, pero con un coeficiente de resistencia al viento menor (cW 0,30). Las formas del 996 eran también el resultado de compartir diversos componentes con el Boxster, un modelo de éxito para Porsche. Su característica exterior más obvia eran los faros con intermitentes integrados, un elemento que resulto controvertido al principio y que más tarde copiaron otros muchos fabricantes. En el interior los conductores se encontraban con un habitáculo totalmente nuevo. El confort de conducción jugaba ahora también un papel más destacado, junto a las características deportivas típicas. Con el 996 Porsche lanzó una ofensiva de producto sin precedentes, con toda una serie de nuevas variantes. El 911 GT3 se convirtió en una de las estrellas de la gama en 1999, y mantuvo viva la tradición del Carrera RS. El 911 GT2, el primer coche equipado de serie con frenos cerámicos, fue comercializado como un vehículo deportivo extremo a partir de finales de 2000.
El 997 (2004) – Clasicismo y Modernidad
En julio de 2004 Porsche desveló la nueva generación de los modelos 911 Carrera y 911 Carrera S, conocidos internamente como 997. Los faros ovalados transparentes, con los intermitentes separados en el faldón delantero, era un retorno visual a los antiguos 911, pero el 997 ofrecía mucho más que estilo. Era un vehículo de altas prestaciones que disponía, por un lado, de un motor bóxer de 3.6 litros que desarrollaba 325 caballos de potencia y, para el Carrera S, de un 3.8 con unos increíbles 355 CV. El chasis también experimento notables avances y el Carrera S estaba equipado de serie con el sistema Porsche Active Suspensión Management. En 2006 Porsche introdujo el 911 Turbo, el primer automóvil con motor de gasolina de producción en serie que incluía un turbocompresor con turbina de geometría variable. Una actualización del modelo a finales de 2008 hizo al 997 aún más eficiente, gracias a la inyección directa de combustible y a una transmisión de doble embrague. Nunca antes había tenido el 911 tantas opciones que permitieran adaptarlo al gusto de cada conductor. Con los Carrera, Targa, Cabriolet, tracción trasera o integral, Turbo, GTS, modelos especiales y versiones de carretera de los GT de competición, la familia 911 quedaba compuesta por nada menos que 24 variantes.
El 991 (2011) – Refinado por la Experiencia
Este coche, conocido internamente como 991, representa el mayor salto tecnológico en la evolución del 911. Referencia ya en su categoría durante décadas, la nueva generación del 911 eleva las prestaciones y la eficiencia a niveles superiores. Una suspensión completamente renovada, mayor distancia entre ejes, vías más anchas, neumáticos mayores y una ergonomía interior optimizada, consiguen que la conducción sea todavía más deportiva y confortable. Técnicamente el 911 es el paradigma del concepto Porsche Intelligent Performance (Prestaciones Inteligentes de Porsche), es decir, consumo de combustible aún más bajo y prestaciones superiores. Esto se debe en parte a la menor cilindrada del modelo Carrera básico, que tiene 3.4 litros pero desarrolla 5 caballos más, y a su sistema de construcción híbrido en el que se mezclan el acero y el aluminio, con lo que se reduce significativamente el peso en orden de marcha. Otras innovaciones son el Porsche Dynamic Chassis Control (PDCC) y la primera transmisión manual del mundo de siete velocidades. El diseño del 991 también ha recibido el reconocimiento de la crítica. Con su silueta plana y alargada, sus excitantes contornos y la precisión en los detalles, la séptima generación del Porsche 911 Carrera sigue siendo indiscutiblemente un 911 que, una vez más, ha conseguido redefinir los estándares en el diseño de automóviles. Éste es el mejor 911 de todos los tiempos… hasta la próxima generación.
Fuente: Diablomotor.com
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Etiquetas: Porsche 911 Historia Cumpleaños 50 Años
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